Más allá de las palabras
Autor: Profesor Juan Carlos Vázquez Cid*
*Maestro en Ciencias, Docente de la carrera de Lenguas Extranjeras en la Universidad de
Oriente Sede Cancún.
“Si quieres entender a una persona, no escuches sus palabras, analiza su
comportamiento”
Albert Einstein.
Alegría, miedo, coraje, asco, frustración, angustia o amor son sentimientos que el cuerpo
comunica sin la necesidad de palabras, basta mirar a los ojos de un recién casado para
saber que esta enamorado o ver a una madre que acaba de dar a luz a su primogénita
para reconocer el amor en su máximo esplendor. Se dice que el rostro es la lupa de las
emociones, es el reflejo del alma; son las microexpresiones espontaneas que duran una
fracción de segundo lo que comunica auténticamente el sentir de una persona.
El lenguaje no verbal ha sido tan importante desde muchos miles de años. Tan solo
basta imaginar que antes de usar las palabras, los humanos se expresaban y comunicaban
a través de gestos y ademanes; expresiones onomatopéyicas e imitativas que transmitían
un mensaje a sus semejantes. Las mismas expresiones faciales y corporales que hasta el
día de hoy existen para expresar dolor son los mismos que en el inicio de la sociedad
humana han existido. Dichos lenguajes cobran relevancia en nuestra vida cotidiana al
momento de interactuar locutivamente con cualquier persona, siendo que antes de que
emane de la boca una palabra que describa un sentir, es el mismo cuerpo quien se
adelanta y echa de cabeza dicha emoción, esto es porque el lenguaje corporal determina
la autenticidad de las palabras que una persona comunica.
Normalmente a las personas públicas, ya sean políticos, aristócratas, artistas o
deportistas, se les presta mucha mayor atención y se les observa con más detenimiento
que a cualquier persona común. Esto es claro, debido a que son referentes para muchas
personas y sus acciones e impresiones determinaran su popularidad. Es valioso reconocer
el desenvolvimiento escénico de estos personajes pues ocupan cargos de poder con la
capacidad de tomar decisiones en beneficio o detrimento de un grupo social. Así, se
observa información no dicha que se esta transmitiendo indirectamente durante el acto
del habla. Un caso muy popular en este momento, es el ocurrido en la celebración del Día
de la Hispanidad en España, donde los Reyes Felipe y Letizia -anfitriones del evento-
recibieron a personas importantes de su país en el Palacio Real, a dicho evento asistió el
Presidente de España, Pedro Sánchez que al llegar y saludar a los reyes, se posa a un lado
de ellos para también saludar a los invitados como si fuera un anfitrión más, situación que
está fuera de lugar en el protocolo, lo cual hace que el equipo de seguridad real lo
remueve inmediatamente, lo que provocó que el mandatario refleje consiente e
inconscientemente una serie de desmanes y gesticulaciones de enojo y desagrado que
han sido motivo de criticas y burlas en Europa. Casos como este existen y seguirán
suscitándose en todo el mundo; lo importante es aprender y darse cuenta de que el
cuerpo transmite y habla por si solo.
En el día a día, en muchas ocasiones el ritmo acelerado de vida hace que
laboremos alejados del presente –aquí y ahora-; no percibimos que estamos en un
escrutinio constante por parte de otros, como personas netamente sociales. En un
proceso de autorreflexión, puedo decir que el primer diálogo que determina el éxito o
fracaso de nuestro lenguaje no verbal es la comunicación intrapersonal frente al espejo
que ocurre por la mañana al despertar, a veces notamos rasgos de cansancio, desanimo,
amor o felicidad, ahora esos sentimientos si los proyectamos al exterior con la ropa y
accesorios que elegimos, la colonia que usamos, la forma de caminar, sumados al tono de
voz con el que hablamos y ademanes, todo esto inevitablemente transmitirá no solo a los
demás si no para uno mismo una sensación de bienestar o todo lo contrario.
Personalmente, en ocasiones me sorprendo como todo este juego de rasgos me hacen
cambiar de estado de animo y logra que el día a día fluya con buena actitud y los demás lo
perciben.
Por último, sólo resta señalar que los seres humanos somos sociales por naturaleza
y siempre haremos uso de todo nuestro arsenal comunicativo para satisfacer cualquier
necesidad, pero esto podrá ser más sencillo o más complejo dependiendo de la
autenticidad con la que nos comuniquemos. Siempre es más valiosa una expresión
honesta y transparente a cualquier otra dirigida o planeada. Se trata de ser consientes de
nuestros actos, usando ese metalenguaje corporal tan efectivo que no miente y no puede
engañar. Como dijo Frida Kahlo alguna vez “Tantas cosas por decirte y tan pocas salen de
mi boca, deberías aprender a leer mis ojos cuando te miro”.