Mi tradición mexicana
Hace algunos meses, conocí a un turista estadounidense que tiene el sueño de salir de
su país y venir a México a vivir. Me dijo que había estado en diferentes lugares y
ninguno lo había enamorado más que nuestro país. No dejaba de preguntarme acerca
de absolutamente todo y de cómo él podría vivir aquí y, antes de despedirnos, una
última pregunta me causó una gran conmoción: “Quiero saber cómo vives México,
porque yo quiero vivirlo igual que tú”.
Entonces, pensé… Admito que no pude evitar sentir un sabor agridulce en mis labios.
Me invadió la tristeza al percatarme de que yo no era la persona más adecuada para
responderle. No podía contarle cómo crecí rodeada de mi cultura o cómo en mi familia
se respiran las tradiciones más nuestras, porque desgraciadamente, no es así como
crecí ni es así como vivo. Por lo que me di a la tarea de preguntar y escuchar hablar a
mis amigos más cercanos de aquello que ellos y sus familias han conservado a lo largo
de los años, y quedé maravillada cuando me relataban cómo desde el principio hasta el
final, cada tradición es una experiencia única. Siempre me he sentido orgullosa de
haber nacido aquí a pesar de que solo hace algunos años, empecé a empaparme de la
totalidad de mi cultura y desde entonces, procuro llevar todavía con más orgullo, el
nombre de mi país en todo lo que hago y lo que soy. Pero, aun así, debo confesar que
el corazón se me rompió al pensar que he pasado más de la mitad de mi vida sin
saborear realmente la tradición mexicana.
Y es que este país es conocido por diversas razones: su gastronomía, su
música, sus playas y cerros, su gente tan cálida y alegre, etc., pero son las tradiciones
que se han conservado por décadas lo que lo caracteriza y lo destaca de otros países
de América y del mundo. México es un país más que rico, yo diría millonario; su riqueza
cultural es invaluable e infinita y son estas tradiciones un reflejo de esto mismo, de todo
lo que nuestra cultura representa: color, vida, convivencia, unión familiar. Son los
bienes inmateriales que se transmiten de generación en generación y por eso, es
crucial conservarlas, evitar e incluso luchar para que no se pierdan. Las tradiciones son
un esbozo de nuestro pasado, de lo que se construyó poco a poco para formar nuestro
presente, un sendero que permite el conocimiento de nuestra cultura y que cada
individuo que habita aquí logre el sentimiento de pertenencia. Son parte de nuestra
identidad como país, aquello que el mundo percibe como nuestro, como mexicano.
Claro que, debido a todo lo que este país ofrece, hemos sido cuna de turismo en
gran cantidad y hogar de múltiples culturas. Estas, a su vez, han traído consigo sus
costumbres y tradiciones y no es sorpresa que nosotros las hayamos recibido con
gusto. Adoptar tradiciones ajenas no es algo dañino, siempre y cuando no se olviden
las propias. Ejemplo de lo anterior son las festividades que hemos acuñado de nuestro
vecino más cercano, Estados Unidos. Navidad al lado de Santa Claus en lugar del Niño
Dios, Halloween en lugar de Día de Muertos e incluso el Día de San Patricio o el Día de
Gracias, por mencionar algunas, son préstamos que nos tomamos la libertad de clamar
como parte de nosotros, incluso como parte de nuestra identidad. No tiene nada de
malo, mientras nunca olvidemos de dónde venimos y por qué nos identificamos con lo
que hemos estado construyendo desde siempre. Por qué nos identificamos más con la
virgen morena en las peregrinaciones que con el duendecillo vestido de verde del día
de San Patricio, por qué colocamos fotografías de nuestros seres queridos fallecidos y
les ofrendamos sus alimentos y bebidas favoritas, por qué celebramos la muerte y
creemos en un más allá lleno de color e irónicamente, de vida. Eso es lo que somos y
nos expresamos a través de estos actos.
La tradición es la manera en que nuestra cultura trasciende y sobrevive con el
pasar de los años; la oportunidad de que quienes heredan nuestra tierra sepan por qué
hay que enaltecerla y preservarla, pero sobre todo, el recuerdo constante de lo valioso
que es nuestro México por ser mexicano, por ser totalmente nuestro. Conservar
nuestras tradiciones es conservar nuestra cultura, nuestra historia, nuestro país y a
nosotros mismos. Y tú, ¿cómo vives México?
André Barrera Tamayo
andreebarrerat@gmail.com