Lo mismo de siempre

Por: Ricardo Romero Zepeda      

    “Mañana hay examen, no olviden estudiar. Viene todo lo del periodo”.

Frase pronunciada en un espacio formativo y muchas veces ignorada por los estudiantes. Esto es México, personas que estudiamos para el día del examen y no para la vida. Estudiantes que preferimos memorizar cientos de contenidos antes de analizarlos y comprenderlos. “No vayas a clases si no quieres hijo, yo le mando una nota a la maestra”, otra de las frases comunes que las madres mexicanas les dicen a sus hijos y que buscan, a toda costa, evitar que los niños se estresen.

La mentira, la flojera y la pereza como antivalores presentes en la sociedad mexicana que está pidiendo a gritos ser rescatada. Grupos de maestros que cierran avenidas y escuelas durante semanas enteras para pedir un aumento de sueldo mientras que detienen las labores docentes sin importar que los alumnos se queden sin clases. Así es México, por lo menos así es en Michoacán, un estado donde el rezago educativo es considerable, un lugar donde la gente quiere ir a la escuela y los sindicatos de maestros no lo permiten porque cierran los centros educativos, en nombre de la lucha de sus derechos. Responsabilidad, solidaridad, honestidad y respeto; son tan solo algunos de los valores que mes con mes vemos en los periódicos murales, valores que, como docentes, se nos pide promover en todo momento y además poner en práctica en centro formativo. Ya desde la época prehispánica la educación basada en los valores se practicaba y para algunas sociedades antiguas el rompimiento de las reglas, y sobre todo de aquellas basadas en el ejercicio de las mismas, eran castigadas con severidad. 

El aula debería girar en torno al estudiante y sus necesidades. Al hablar del bienestar de los educandos no estoy hablando del respeto a sus derechos básicos como lo son recibir una educación de calidad, gratuita y  laica, hablo de la línea que se perdió, desde mi punto de vista, desde hace muchos años ya y en la cual los padres de familia ahora pueden llegar al salón de clase, enfrentar al docente y exigirle la modificación de una calificación solamente porque ellos consideran que su hijo es digno merecedor de un diez y no de un seis a pesar de su pésimo desempeño académico. Y es que para nosotros como docentes no es nada fácil, porque por un lado está el cumplimiento de todo aquello que conlleva ser un maestro, planeaciones, horas de estudio, preparación fuera del aula, diseño de exámenes, promedios, evaluaciones, diseño de secuencias, etc. Además de que el maestro en un momento determinado se vuelve guía, líder, ejemplo de vida y miles de cosas más, y además de toda esa labor titánica se debe siempre tener en mente los valores y debemos ser aquellos seres transmisores de conocimiento que también educan en valores. Ya lo decía Don Bosco, “La base de toda educación es cuestión de corazón”, y hablar del corazón no es hablar de cosas sentimentales sino más bien de valores y la puesta en práctica de lo que está bien y no. Pero los padres de familia no pueden esperar que nosotros realicemos toda esta labor si ellos desde casa no están al pendiente apoyando en el proceso.

El proceso educativo en México comenzó hace cientos de años y aunque en sus inicios pudo haber sido precario, dio buenos resultados y poco a poco, con el paso del tiempo una gran cantidad de personas se ha ido sumando a este proyecto llamado educación.

¿Entonces…?

La educación en México es un tema controversial que no debe ser tratado a la ligera. Hablar de educación en México es hablar de la inmensa red de situaciones que rodean a este proceso, es hablar de valores y antivalores. Hay todavía mucho por hacer y no podremos avanzar como sociedad sino comenzamos desde ahora a cambiar nuestras conductas.

Dejemos de una vez por todas de copiar en los exámenes y de inventar excusas para poder entregar las tareas atrasadas, dejemos ya de dar regalos para poder así obtener algún beneficio, seamos honestos, responsables, solidarios y respetuosos con los demás miembros de la sociedad y con nosotros mismos y así veremos que el cambio se irá dando poco a poco. Las bases y las ideas, así como las estructuras educativas ahí están, hagamos correcto uso de ellas.

Bibliografía

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Elaboró: Ricardo Romero Zepeda

Alumno de la Maestría en Desarrollo Pedagógico

Correo electrónico: ricardoromeroz@hotmail.com

Universidad de Oriente Campus Cancún

Cancún, Quintana Roo a 20 de mayo de 2019