Influencia del nivel socioeconómico en la toma de decisiones de los estudiantes mexicanos

Autor:

C. Juan Carlos Domínguez Kantún

Licenciatura en lenguas extranjeras, Universidad de Oriente Campus Cancún,

 

Actualmente, México es uno de los países con mayor diversidad cultural y riquezas naturales alrededor del mundo, cuya cultura destaca por ser una de las más trabajadoras, sin embargo, la educación presenta dificultades, ya que, a pesar de ser gratuita, existen ciertas limitantes las cuales influyen fuertemente, por lo que se podría decir que en los últimos años la educación ha pasado de ser un derecho a ser un privilegio.

     Cuando se habla de la educación en México se puede hacer referencia a los pequeños logros comunicados a través de noticias, diarios o redes sociales donde se puede apreciar a niños y jóvenes destacar en olimpiadas mundiales de matemáticas o diferentes disciplinas académicas, no obstante, son pocos los casos en los que esto sucede debido a que en el país la educación si bien es un derecho, muchos no cuentan con el acceso o recursos necesarios para llegar hasta ese punto. “Resulta interesante estudiar el caso de México ya que, a pesar de la reducción de años recientes, este país mantiene elevados niveles de pobreza y se han realizado algunos esfuerzos encaminados a reducirla mediante la educación” (Ordaz, 2009). Existen infinidad de instituciones académicas, tanto públicas como privadas, para que las familias tengan opción de estudiar a pesar las situaciones, sin embargo, gran parte de la población trabajadora no consigue costear los gastos que la educación exige y esto termina orillando a algunos de sus integrantes a no seguir con sus estudios para así contribuir al apoyo monetario del hogar, de acuerdo con el estudio de cuantificación de clase baja en México al término de la primera década del siglo XXI el 42.4% de los hogares donde viven el 39.2% de la población total pertenecen a la clase media, por otro lado el 1.7% de la población que representa el 2.5% de los hogares son clase alta, mientras que el 55.1% de hogares que son el 59.1% de la población mexicana conforman el estrato social de la clase baja, siendo así más del 50% de la población total que se muestran propensos a tener dificultades para pagar su educación (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, 2013).

     Otro punto preocupante es la deserción estudiantil, ya sea por desinformación o desinterés, es evidente que para que un estudiante deserte es en gran parte debido al nivel de ingresos que su familia presenta. “En el caso de México [...] la educación se caracteriza por tener altos rendimientos privados, lo que deja en una amplia desventaja a la población con bajos niveles educativos” (Orraca, 2014), en consecuencia, cuando una familia de clase baja o media no tiene más opciones que recurrir a la educación privada, el estudiante termina por interrumpir sus estudios para así contribuir a su hogar.

     En contraste, se aprecia un ligero decremento de abandono conforme avanzan los años, sin embargo, del mismo modo se puede observar cómo se mantiene el nivel medio superior siendo el cuál presenta mayor número de deserción escolar (ver anexo 1), muy probablemente en consecuencia de que los jóvenes de estos niveles toman la batuta como pilar de ingresos en sus casas lo cual resulta alarmante. “[...] en los hogares con bajos ingresos los hijos primogénitos tienen una mayor inclinación a trabajar, dado que su experiencia y acervo de capital humano, respecto al resto de sus hermanos, les permite realizar actividades más complejas” (Orraca, 2014); Esto deja a la vista la triste realidad por la que nuestro país pasa, en la cual por la falta de recursos necesarios la población estudiantil disminuye y la trabajadora se abre paso con más facilidad.

     Del mismo modo la Secretaría de Educación Pública (SEP) señala que la deserción escolar se debe en su mayoría a la urgencia de conseguir trabajo (ver anexo 2), evidenciando la necesidad de los estudiantes por aportar en sus hogares o subsistir ellos mismos a través de la solventación económica, dado que a determinado rango de edad, pueden desempeñar diferentes funciones a las que realizaban cuando eran más jóvenes por lo que no se puede confundir con la tercera causa que es la situación económica la cual posiblemente afecte al sector más joven de estudiantes. De acuerdo a Orraca (2014):

La participación en el mercado laboral implica una asignación de tiempo al trabajo en perjuicio de las actividades escolares. Si bien la tasa de asistencia escolar entre la población de 5 a 17 años es de 91.1%, ésta se reduce considerablemente al enfocarse en los menores que trabajan, donde sólo 60.9% de la población que labora también estudia. Finalmente, 4.8% del total de los menores de edad no estudian ni trabajan.

    

En lo que se refiere al nivel superior, algo que resulta alarmante es el porcentaje mínimo de jóvenes que logran llegar a este nivel, debido que se encuentra como limitante la desinformación o la falta de criterio al momento de elegir que carrera desempeñar, ya que, de no hacerlo adecuadamente, podrían acabar estudiando profesiones de baja calidad o populares, pero con mercado laboral saturado, por lo cual:

Esta situación ha permitido que la expansión de la oferta se haya dado en su mayoría en un puñado de carreras que son baratas para las universidades, pero no necesariamente rentables para los estudiantes. Como consecuencia, 40% de los profesionistas mexicanos son egresados de solo seis licenciaturas, las cuales concentran el 30% de la matrícula actual (de un total de 87 carreras ofertadas) (Clark, 2017).

 

Siendo entre las más mencionadas administración de empresas, finanzas y psicología por nombrar algunas; es por ello que es importante realizar estudios de resultados de los egresados de carreras para comparar qué instituciones y carreras serán más útiles para los ciudadanos.

     En definitiva, se puede visualizar un panorama de que cualquiera que sea la  etapa de la vida estudiantil en la que se encuentre el individuo, el nivel socioeconómico es parte fundamental en su desarrollo académico, siendo este, partícipe del sustento que le permite abrirse paso sin mayor dificultad al objetivo principal, el cual es lograr una vida estable y totalmente sostenible mediante la preparación y la adquisición de conocimientos que le servirán para preservar su futuro a modo de formar parte de los mexicanos que han logrado con éxito dicho cometido.

 

 

 

 
 

 

 
 

Referencias Bibliográficas

Clark, P. (2017). Los beneficios por la educación superior. IMCO.

 

Cruz, L. D. (2017). Motivos de la deserción escolar en el nivel medio superior [en línea]. Disponible en Revista Vinculando: http://vinculando.org/educacion/motivos-desercion-escolar-en-nivel-medio....

 

Ordaz, J. L. (2009). México: impacto de la educación en la pobreza rural. Cepal.

 

Orraca, P. (2014). El trabajo infantil en México y sus causas. Problemas del desarrollo, 45(178), 113-137.

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