INCLUSIÓN EDUCATIVA.

El 30 de mayo de 2011, se publicó en el diario oficial la “Ley General para la inclusión de las personas con discapacidad”, donde el capítulo III presenta una serie de acciones que son puntos claves las siguientes:

“II. Impulsar la inclusión de las personas con discapacidad en todos los niveles del Sistema Educativo Nacional, desarrollando y aplicando normas y reglamentos que eviten su discriminación y las condiciones de accesibilidad en instalaciones educativas, proporcionen los apoyos didácticos, materiales y técnicos y cuenten con personal docente capacitado.

VI. Proporcionar a los estudiantes con discapacidad materiales y ayudas técnicas que apoyen su rendimiento académico, procurando equipar los planteles y centros educativos con libros en braille, materiales didácticos, apoyo de intérpretes de lengua de señas mexicana o especialistas en sistema braille, equipos computarizados con tecnología para personas ciegas y todos aquellos apoyos que se identifiquen como necesarios para brindar una educación con calidad.

VII. Incluir la enseñanza del Sistema de Escritura Braille y la Lengua de Señas Mexicana en la educación pública y privada, fomentando la producción y distribución de libros de texto gratuitos en Sistema de Escritura Braille.”

Como podemos observar, aún no se implementan estas adecuaciones en las escuelas, así mismo, no contamos con el material necesario para poder atender a estos niños, nuestros docentes necesitan una capacitación para interactuar con ellos, no podemos hablar de inclusión cuando tenemos muchas deficiencias en nuestros planteles educativos.

Hemos avanzado en la cultura de inclusión pero seguimos teniendo perjuicios que llevan a familias a avergonzarse de tener un niño con una condición especial y aunque la Ley dice que todo niño tiene derecho a la educación esto no es así, en México, la atención educativa para niños especiales, discapacitados o con perfiles diferentes ha sido limitada y muchas veces delegada para su atención por parte de instituciones privadas porque las públicas no cuentan con adecuaciones necesarias para atender esta necesidad.

El concepto de educación inclusiva pone en tela de juicio gran parte del modo de organizar y disponer la enseñanza de las escuelas tradicionales, no sabemos cuántos niños con discapacidad hay en México; cuántos en edad escolar; no sabemos cuántos van a las escuelas de educación especial o inclusivas, calculamos que la mitad no asiste a ninguna. El desarrollo  de una educación inclusiva implica cambios en el ámbito del sistema y de las políticas educativas, en el funcionamiento de las instituciones académicas, en las actitudes y prácticas de los docentes, eliminar las barreras para el aprendizaje y la participación, las cuales se concentran en las siguientes realidades:

  1. La formación docente, que no siempre prepara al educador para abordar las necesidades individuales de sus estudiantes.
  2. El diseño curricular y los sistemas de promoción y evaluación, que tienden a implementar modelos estandarizados no inclusivos.
  3. La ausencia de recursos técnico-pedagógicos complementarios que refuercen la capacidad de la institución para dar respuesta a la diversidad.
  4. Barreras culturales y actitudinales que tienen que ver con comportamientos discriminatorios por parte de otros niños, de sus familias o de integrantes del equipo docente.

Una futura educación de calidad requiere la puesta en marcha de procesos de adaptación que faciliten el acceso al nuevo entorno; en los que se diseñen un conjunto estrategias con la colaboración de toda la comunidad educativa para  que entre todos adecúen el entorno y las estrategias favoreciendo así, un aprendizaje exitoso, equitativo,  de calidad,  que no centren el peso del programa exclusivamente en el alumno o alumna recién llegado, sino que cuente con medidas que se pongan en marcha desde varios ámbitos y que permitan que el/la alumno/a y su familia se sientan acogidos tanto a nivel de centro, como de espacio formativo o con otros estudiantes y familiares.

ACTITUD DOCENTE ANTE LA INCLUSIÓN

Un docente debe ser una persona preparada y tener las herramientas necesarias para poder trabajar con todo tipo de niño o niña, pero en una escuela pública es muy difícil por las diferentes necesidades, pero ante todo, debe ser una persona que actúe con responsabilidad, ver que el rendimiento académico de sus estudiantes sea efectivo,  tener una formación y actualización constante, que el clima en su espacio formativo sea el mejor, que las relaciones docente – estudiante, sean óptimas, que el desarrollo emocional de él y de sus estudiantes sea el adecuado, estos son factores importantes para el desempeño óptimo en los espacios educativos. 

 

 

Fany Soledad Aparicio Padilla

Fsap77@hotmail.com

Alumna de la Maestría en Desarrollo Pedagógico

 

BIBLIOGRAFÍA

 

Prida, J. A. (2011). Ley general para la inclusión de las peersonas con discapacidad. 27.

Rojas, Y. G. (Agosto de 2008). Actitudes de los docentes frente a la inclusión de estudiantes con necesidades educativas especiales. Educ. Educ.

Ruiz, A. P. (2017). Retos de la educación inclusiva para construir una sociedad incluyente. Cuenca: La mancha.

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