Conquistando la Torre de Babel en la postmodernidad:

La aproximación de los individuos, a través de los idiomas, en el mundo globalizado.

 

“Cada idioma es un modo diferente de ver la vida.”

- Federico Fellini

 

El aprendizaje de idiomas es la competencia más importante en nuestra era. No hablamos únicamente de nuevos lenguajes computacionales, a los cuales deberíamos dedicar un ensayo propio, si no a los idiomas bien conocidos por todos. Hablar más de un idioma se ha vuelto una necesidad imperiosa en la actualidad. Al menos tener nociones de la lingua franca por excelencia, el inglés, puede significar una diferencia abismal entre obtener un empleo o no.

Tener la capacidad de comunicarse con otra persona en su idioma, brinda innumerables ventajas comunicativas: la confianza en el interlocutor se incrementa, las barreras emocionales que podrían haberse presentado se desmoronan y el proceso de la comunicación sigue su curso natural. Sea en una interacción formal o informal, la capacidad de entenderse y hacerse entender, jamás será sobrevalorada.

Sin embargo, esta competencia no es la única que se desarrolla cuando aprendemos un idioma. El tema de este ensayo son precisamente todas esas competencias ocultas que se desarrollan a la par del aprendizaje de la gramática y las conjugaciones verbales, todas esas competencias que pocas veces tienen relación directa con los contenidos de nuestros planes de estudios y que de cierta manera, se esconden entre ellos, presentándose en los momentos posteriores al aprendizaje, durante la reflexión, el estudio y la aplicación.

En primer lugar, describiremos de qué manera influye el aprendizaje de un idioma al conocimiento de una cultura. Esto se llevará a cabo de manera breve, pues es una de las competencias más palpables a nivel aprendizaje de un idioma. A continuación revisaremos los valores que se ponen en práctica al aprender y aplicar un idioma.

Este es tal vez el punto más importante del ensayo, pues la mayoría de las veces cuando hablamos de un curriculum alterno u oculto del aprendizaje de una lengua, nos decantamos de manera casi inmediata por el aspecto cultural (como se menciona previamente) y no tomamos en cuenta que para aprenderlo se necesitan poner en práctica una serie de valores intrapersonales como la paciencia, el autoconocimiento, la perseverancia, etc., así como una serie de valores interpersonales a la hora de la aplicación de lo aprendido, tales como el respeto, la empatía y la tolerancia.

Finalmente, revisaremos las nociones de metacognición que se desarrollan y aplican durante el aprendizaje de un segundo idioma.    

 

Las bases del currículo.

Encontrar una noción básica de lo que significa el currículo es prácticamente imposible. Existen diferentes autores, que lo clasifican en diferentes aspectos. Perez (2013) hace una recopilación interesante de las diferentes nociones, las cuales se mencionan a continuación, de manera somera, los más importantes, con la finalidad de establecer un contexto:

  • Pansza (2005) menciona que el currículo representa una serie estructurada de experiencias de aprendizaje que en forma intencional son articuladas con una finalidad concreta que es: producir los aprendizajes esperados (citado por Pérez, 2013).
  • Por su parte Cassarini, Ratto (2010) plantean que el currículo debe ser pensado en términos de proyecto pues esto (...) permite visualizar al currículum como la propuesta que determina lo que ocurre en el áula… que guía la práctica del docente y que al mismo tiempo retroalimentan el diseño de la propuesta original.

 

 También mencionaremos que existen cinco tipos de currículo (Pérez 2013):

  • Currículo explícito/oficial: Descripción de los planes, objetivos, alcances y metas planteados para un programa en específico.   
  • Currículo operacional: La puesta en marcha de la parte práctica del plan de estudios.
  • Currículo oculto: Normas y valores que no son palpables pero que están presente dentro del plantel educativo.
  • Currículo nulo: Contenidos que no tienen aplicaciones reales y se consideran superfluos.
  • Currículo extraoficial: Se relaciona directamente con los intereses de los estudiantes.

 

Teniendo estas nociones claras podemos decir que el currículo es la base para que la información se transforme en conocimiento, y los procesos cognitivos se lleven a cabo en el aula. 

 

Shock cultural.

Teniendo en cuenta como marco de referencia a la Unión Europea, podemos entender que la necesidad del plurilingüismo, que permita que los habitantes de esta selecta sociedad, puedan comprenderse de manera eficiente. Se han hecho esfuerzos titánicos por igualar y equiparar los estándares dentro de los países de la Unión Europea, teniendo muchos beneficios en unos, y algunas decepciones en otros. Un caso de éxito es el Marco de Referencia Europea de las Lenguas, el cual indica cuales son los niveles de competencia necesarios a alcanzar para cada idioma de esta unión.

Algo que también debemos agradecerle a este marco, es el cambio de paradigma que representa en la enseñanza del idioma: pasar de un método de traducción, repetición y memorización a uno enfocado a la acción comunicativa. Tal como lo menciona Paricio (2011) El conocimiento de las lenguas comunitarias es un elemento clave para favorecer la libre circulación de personas y la cooperación cultural, económica y tecnológica entre los estados miembros. Este es fundamental para poder incorporarse de manera sutil al país escogido, pues al hablar de acción comunicativa, no nos referimos únicamente a las reglas gramaticales, de conjugación y al vocabulario descontextualizado, sino al hecho de adoptar los manierismos, formas y lenguaje común, así como las pautas de lenguaje no verbal y, lo fundamental, la cultura del país. Expresiones artísticas, gastronómicas y sociales, adquieren un nuevo significado para el aprendiz, que ahora es capaz de contextualizarlas y enriquecerse de ellas.

 

Los valores en la lengua

 

Aprender un idioma es una ventana a ese mundo en específico. Peluffo (2015) entiende el conocimiento de una segunda lengua como el medio para el contacto con otros mundos y disparador para reflexionar sobre las experiencias propias y ajenas.

Como mencionamos con anterioridad, aprender un idioma nuevo desarrolla una serie de capacidades y competencias propias de la adquisición de un nuevo idioma, pero a su vez, desarrolla también varias de índole personal. Entre estas se encuentran los valores. Los valores que se desarrollan con mayor continuidad en el aula de clases son, según Peluffo (2015), la tolerancia, la aceptación, la empatía, así como también en el desarrollo de habilidades como dialogar para resolver conflictos, saber escuchar y expresarse con coherencia.

Todos estos valores llegan a sobrepasar los límites del aula y los estudiantes serán capaces de utilizarlos al encontrarse con una situación real, en el idioma específico de estudio. De tal manera que el idioma se vuelve un medio por el cual se aprenden y se refuerzan los valores ya mencionados.

Un ejemplo común y muy conocido por todos es la hora de la comida. Aterrizando en el idioma / país que nos compete, en Francia, la hora de la comida se lleva a cabo a las 12 del día. En México, sin embargo, la hora de la comida ronda entre las 2 y las 4 de la tarde.

Algo tan sencillo y mundano como esto, puede significar un problema grave entre dos personas que no tienen el contexto para actuar con el respeto suficiente a las tradiciones y costumbres del otro.

 

Aprendiendo cómo se aprende

 

La metacognición es el proceso mental que el individuo tiene cuando analiza la manera en la que se realiza un proceso cognitivo. Así como lo explican Osses y Jaramillo (2008), se trata de lograr que los estudiantes sean capaces de autodirigir su aprendizaje y transferirlo a otros ámbitos de su vida.

En los últimos años, y gracias a las intervenciones de teorías constructivistas, la noción de autodidacta ha cobrado mucha más importancia y trascendencia en el ámbito educativo.

Reflexionar acerca de la forma en la cual aprendemos de manera óptima, no era posible en otros espacios y momentos históricos en la educación. Este fenómeno es posible, gracias a que la teoría constructivista pone el énfasis en el estudiante y en sus procesos tanto individuales como en sociedad.

La figura del profesor pasa a ser un acompañante en este proceso, una suerte de guía que apoya al estudiante para orientarlo hacia la información verídica y sustentada, que este precisa para construir su aprendizaje. La gran diferencia es que, también se deben permitir espacios de reflexión, para que el estudiante procese de manera individual la información recibida y también el proceso que llevó a cabo para aprehender esa información.

En el aprendizaje de un segundo idioma tendemos a recordar cómo aprendimos el primero. Por ende, entendemos cuáles fueron las estrategias que nos ayudaron a descifrar las diferentes reglas gramaticales, las similitudes en los vocablos así como las diferencias en las mismas.

Se tiende a analizar más a profundidad de qué manera aprendemos mejor: escuchando música en el idioma que se desea aprender, recurrir a herramientas multimedia como lo son las series de televisión o películas o medios visuales, como las imágenes o lecturas.

 

Maria del Mar Ruiz Aristi.

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